top of page
  • Foto del escritorFaresa Cedeño

Cómo entendí que vivía desconectada de mí

¡Quién no se ha sentido triste, desmotivada y sin ánimos de brillar alto en su vida por más tiempo del que le gustaría! ¿Tiene que ver esto con el conocimiento que tenemos de nuestros deseos, emociones y propósitos?, ¿con la realidad que hasta el momento hemos construido? o ¿con conocer nuestros valores y alinearlos a nuestra vida?

 

Cuando estaba embarazada de mi primer hijo empecé a preguntarme ¿cómo voy hacer cuando tenga que volver al trabajo? ¿quién lo va a cuidar? Y mil preguntas más que seguramente todas las madres nos hacemos al momento de gestar.


Al nacer mi hijo decidí poner en pausa mi vida profesional para dedicarme a su educación y cuidado. Esto coincidió con a la pandemia en 2020 y la decisión familiar de migrar a Austria. Mi pareja consiguió un trabajo fuera de casa mientras yo me dediqué al cuidado de nuestro hijo, a aprender alemán y la cultura de Austria.


Esto trajo a mi vida una especie de crisis, constantemente me sentí desmotivada, triste, frustrada y con un profundo sinsentido. Empecé a pensar mucho en mi pasado y a cuestionar el lugar desde donde había tomado muchas decisiones en mi vida.




Si bien recuerdo, las rutinas y el dedicarme con disciplina a un objetivo me han acompañado desde que era una niña. Voy a decir algo que quizás suene incómodo, pero siempre tuve un objetivo que cumplir ligado a mí edad porque así funcionaba el sistema en el cual crecí. Me eduqué hasta mis 18 años asistiendo a la escuela y después a la universidad hasta los 23 años hasta finalmente llegó el momento de trabajar y generar ingresos.


Esto se convirtió en el piloto automático de mi vida hasta que un día decido preguntarme ¿por qué me siento tan desmotivada si después de 35 años finalmente tengo una rutina elegida, tomada por decisión propia? ¿por qué me siento así si cuando tenía una rutina rígida de estudio, trabajo y vida, me sentía atrapada e infeliz? Poco a poco me fui dando cuenta que muchas cosas que había hecho en mi vida las hice porque debía. Estoy muy agradecida por mis estudios y la disciplina que aprendí de mis padres, pero tengo que reconocer que tanta rigidez me estaba pasando factura.


Estaba muy desmotivada, triste y frustrada y esto se debía en gran parte a que yo no tenía claro qué quería, cuales eran mis valores y hacia donde quería encaminar mi vida, aun cuando se suponía que había elegido mi presente, continuaba viviendo en el piloto automático de tener que.


Constantemente me sentí desmotivada, triste, frustrada y con un profundo sinsentido. Empecé a pensar mucho en mi pasado y a cuestionar el lugar desde donde había tomado muchas decisiones en mi vida.

Mi intención no es criticar el sistema, ni las estructuras que sugieren “lo que debemos hacer a lo largo de nuestra vida” sino más invitarte a reflexionar; muchas de nosotras crecimos sin referencia de como conectar con preguntas básicas como: ¿qué queremos, en qué valores se basa nuestra vida y hacia dónde vamos? y si no podemos respondernos estas preguntas muy probablemente necesitamos poner atención al tipo de relación que tenemos con nosotras mismas, a nuestras esencia, a nuestros sueños y valores.


Sentirte desconectada de ti puede significar cosas diferentes y depende mucho de cada persona, pero es muy probable que sientas que has perdido la pasión por aquello que alguna vez disfrutaste, es posible que sientas que el tiempo simplemente pasa y no sabes a dónde fue. Los días pasan y sientes que no tienes nada que mostrar, te falta un poco la alegría de estar viva.


Quiero decirte que tener facetas de desconexión es completamente normal y más en un sistema que promueve o reconoce unicamente lo bonito y la felicidad como permanenten, sin reconocer que la vida está compuesta por etapas o ciclos donde nuestras necesidades, sueños y valores cambian y necesitamos reajustarnos a ellos.


Si te identificas con estos sentimientos y quieres conocer herramientas para cultivar la conexión contigo en momentos de cambio, te invito a que sigas leyendo.


"5 COSAS QUE ME AYUDARON A CONECTARME CONMIGO MISMA"

1- Desarrollar una rutina de yoga o meditación para calmar la mente, las emociones y mover el cuerpo
2- Sentir las emociones y observar los pensamientos 
3- Hacer Journaling. Llevar al papel las emociones y los pensamientos
4- Tener espacios a solas y en tranquilidad, preferiblemente en la naturaleza
5- Visualizar. Crear un moodboard con imagines y frases que representen la realidad que deseo


Si sientes que conectas con este post, pero aún tienes dudas de si realmente tu estado de ánimo está relacionado con la conexión o el conocimiento que tienes de ti mismas, te invito a que te observes un poco más profundo. Descárga el “Test Mide tu batería emocional” y empieza a identificar cómo te sientes y si tiene que ver con cuanto te conoces y escuchas, este es un primer gran paso.


Gracias por haber llegado hasta aquí, espero que esta información sea de tu ayuda y que desde hoy empieces a construir el camino hacia esa vida que tu deseas.


Gracias por leerme, te espero en la siguiente publicación el tercer lunes de septiembre


Namasté 🙏🏽





1 comentario

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page